LANZAMIENTO DE REVISTA DOMO N°8
EDITORIAL
GENERACIONES DE JAVIERINAS
El Liceo 1 no solo es un establecimiento educacional. También es una máquina del tiempo. En él confluyen generaciones de estudiantes que incluso pueden pertenecer a una misma familia. Abuelas, madres e hijas heredan muchas veces esta tradición de identidad y sentido de pertenencia. “No dejas de ser javierina cuando egresas. Lo eres siempre”, dijo una profesora y ex alumna. Y esta frase se comparte y se vive a diario.
La historia de nuestro Liceo ha evolucionado a lo largo de 130 años. A la primera directora, señora Juana Gremler, le preocupaba que las estudiantes asistieran a bailes hasta altas horas de la noche y luego “la servidumbre no las despertara para llegar a tiempo a sus clases”. Igualmente era motivo de inquietud que las niñas abandonaran sus estudios para contraer matrimonio. Esas primeras alumnas se quedaron para siempre atrapadas en imágenes en sepia. Atrás quedaron esas aulas en donde, a pesar de enfocarse en una vida doméstica y maternal, se daban los primeros pasos en la emancipación femenina, a través del conocimiento.
El nombre del Liceo 1 evoca a mujeres que rompen los moldes. Javiera Carrera lo hizo, a la par de sus célebres hermanos. Lo hizo la senadora María Elena Carrera y la premio Nacional de Derechos Humanos, Fabiola Letelier. Lo hicieron desde las tablas las actrices Silvia Piñeiro y Alicia Quiroga. Lo hizo Karina Delfino, quien lideró la revolución pingüina del año 2006. Lo hizo Michelle Bachelet, con una banda presidencial y lo hicieron aquellas javierinas que la dictadura desapareció, pero que jamás les robó su voz.
Son tantas, que resulta imposible hacerles justicia a todas.
Cada establecimiento tiene su historia y se enorgullece de sus logros. El nuestro es dejar huella e influir en otros. Ningún lugar es el mismo, si una egresada de estas aulas pasa por él; pues sabemos que habrá cambios, crítica, esfuerzo y excelencia. Tenemos la convicción de que somos agentes históricos y que la identidad javierina va más allá del superficial “De qué colegio egresaste”. Es algo que se respira en las convicciones.
¿Habría adivinado en 1894 la señora Gremler que de estas salas de clases saldrían científicas, artistas, deportistas destacadas, escritoras, historiadoras, idealistas, luchadoras e incluso la primera mujer chilena en ocupar el sillón presidencial? Seguramente aquella directora del siglo XIX era osada y, por cierto, soñadora. No en vano dejó su Alemania natal y se embarcó en un desafío no menor: levantar y organizar el primer gran establecimiento de enseñanza femenina. Sin duda debió enfrentar críticas impertinentes y ataques perniciosos. ¿Difundir en las mujeres la idea de salir de su círculo hogareño para ocupar lugares públicos y enfrentar obstáculos que solo los hombres sorteaban? Un escándalo. Pero escándalo es lo que las javierinas amamos. Porque escándalo es romper lo que se cree seguro y desafiar lo que parecía tradicional. Escándalo es marcar un antes y un después, promover la movilidad social e inspirar a otros.
Y así esperamos seguir: conscientes, nobles y fuertes por 130 años más.
Equipo Editorial.
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